jueves, 8 de marzo de 2012

CARLITA Y LA HORA DEL BAÑO

 Carlita era una bebé realmente tierna, como lo son todos los niños a su edad. Pero tenía un pequeño defecto: Detestaba la hora del baño.
 Para ella era el peor castigo que le podían dar. Todo lo demás lo recibía sin quejarse, pero bastaba con que se mencionara la bañera, para que cambiara totalmente.
 La mamá había tratado de muchas maneras de quitarle esa mala costumbre, le decía que era necesario para que esté limpia, evitar enfermedades, que era una práctica de buena higiene y que así las niñas se veían más sanas y lindas.
 Al final, con el dolor de su corazón, la introducía a la fuerza en la bañera y cuando le tocaba el turno a su cabeza, Carlita gritaba pidiendo que no se la moje, y lo mismo con todas las partes del cuerpo.
 Un día, la mamá de Carlita compro dos patitos de juguete y los dejó en el salón. Uno era blanco y el otro no se sabía de qué color era, por lo sucio que estaba. Cuando Carlita pasó con su muñeca al salón y vio los dos patitos, lo primero que hizo fue coger el blanco y llevárselo corriendo a su cuarto de juguetes.
 En el camino, su mamá le preguntó: "¿Dime Carlita, por qué elegiste ese patito?" A lo que Carlita le respondió que el otro estaba muy sucio. "Lo ves hijita; lo que sucede es que ese se baña y el otro no. Lo mismo pasa con las personas; si no se bañan ni demuestran limpieza, los demás las rechazan.  Carlita se llevó la mano a la boca y jugando con los labios dijo: "Ah! Entonces siempre me bañaré!". Y desde entonces fue una niña aseada, pues entendió que su mamá quería lo mejor para ella.

(Adaptación de la obra de Gloria María Sanz)

1 comentario:

  1. Hola: Lindo cuento. Por favor te solicitamos coloques la fuente al final. Gracias!

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