viernes, 27 de abril de 2012

Prevención de la deshidratación de niños y bebés

La deshidratación en los niños y en los bebés ocurre cuando existe una falta de líquidos en el cuerpo, que son necesarios para que lleve a cabo sus funciones en un nivel óptimo. Los bebés y los niños pequeños son los que corren el mayor riesgo de padecerla.

Incluso cuando el bebé y el niño están bien de salud, deben consumir mucho líquido todos los días y más cuando el clima es cálido y caluroso o está haciendo ejercicio.
 Es importante vigilar cuidadosamente a cualquier enfermo, especialmente a un bebé y a un niño, y en caso de sospecharse un proceso de deshidratación, se debe buscar asistencia médica antes de que la persona desarrolle una deshidratación moderada o severa.
 Asimismo, se debe iniciar el reemplazo de líquidos tan pronto como comience a presentarse el vómito y la diarrea y NO esperar a que aparezcan los signos de deshidratación.

Siempre se debe animar a la persona a consumir líquidos en el transcurso de una enfermedad y no olvidar que las necesidades de líquidos son mayores cuando la persona tiene fiebre, vómitos o diarrea. Los signos más fáciles de vigilar son el gasto urinario (debe haber pañales húmedos o idas al baño frecuentes), saliva en la boca y lágrimas al llorar.

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